Ensamblaje compuesto por objetos de segunda obtenidos en la plaza de mercado de Manizales —una maleta, una cítara, la parte posterior de una guitarra, parlantes y un tocadiscos—. Estos objetos fueron intervenidos con pequeños parlantes, convirtiéndose así en objetos sonoros capaces de reproducir un ensayo sonoro.

Me propuse conversar con las y los vendedores de este pabellón e indagar por las memorias y los significados que habitan en los objetos desechados, aquellos que encuentran una segunda vida gracias a una economía circular sostenida por el trabajo de recicladores y revendedores. A partir de estas conversaciones surgió un ensayo sonoro que propone un recorrido por la plaza y el Pabellón del Cambalache, construido con fragmentos de las voces de los vendedores, quienes hablaron no solo de los tránsitos de estos objetos, sino también de sus propias historias como custodios de cosas que, en sus manos, cruzan épocas, comparten el mismo estante, la misma nostalgia.